Holding, el contacto con el bebé deja huella, no hacerlo también.

Hace unos días leí este artículo, «Holding Infants, or not, can leave traces on their genes», traducido literalmente «holding: cargar al bebé, o no, deja huella en su genética y epigenética”. El artículo lo puedes leer traducido un poco más abajo, y además tienes el link. Me pareció muy interesante para mi trabajo bibliográfico y además compartirlo contigo. El contacto con el bebé deja huella.

Previamente me parece importante aclarar unos conceptos que vienen muy bien para comprender cómo se concibe el contacto y el manejo del bebé y su relación con la madre desde un punto de vista científico.

¿Por qué los defino previamente a pesar de que estos conceptos no aparecen en el artículo?

Porque la revista de neurociencia en su titular habla del “Holding”,  y ese no es exactamente el título del estudio. Así que me parece importante hacer hincapié en su significado y en que no sólo de “holding” vive el bebé. El contacto físico entre la madre, y el bebé tienen una importancia extrema para ambos, pero principalmente para el bebé, y además del holding, hay handling o un objet presenting. Unidos ciertamente, hacen un todo.

Favorecer la comprensión del bebé por el entorno adultocéntrico es la clave para cambiar este mundo. Ninguna sociedad occidental ha tenido en cuenta qué es lo que el bebé necesita biológicamente, ¿qué espera el bebé biológicamente?. Y es hora de cambiar. Ya estamos cambiando hace tiempo, pero falta mucho por hacer.

Se define Holding como la forma en que toda madre portea al bebé. Si el bebé se siente físicamente contenido y recogido, ésto le permite vivirse en seguridad y físicamente unificado.

El handling es la forma en que la madre manipula al bebé. La armonía gestual y el ritmo. El bebé se siente persona.

L’objet presenting es la forma en la que la madre presenta al mundo exterior al bebé a otras personas, situaciones u objetos.

Es decir son tres interacciones que permiten al bebé representarse a sí mismo y representar la situación que vive. La madre las reenvía de forma digerible, y asimilable para el pensamiento. Es la comunicación primitiva entre madre e hijo. Una identificación proyectiva.

[Tweet «Holding: forma en que la madre portea al bebé. Físicamente contenido se vive en seguridad y físicamente unificado.»]

Asegurar y desarrollar la seguridad de base del bebé

Asegurar y desarrollar la seguridad de base del bebé le permite representarse el mundo externo y su mundo interno, las emociones que siente, ayuda a desarrollar su pensamiento y a dar sus primeras imágenes identificativas preservando el narcisismo del bebé de la angustia primitiva invasora y aumentando las experiencias de satisfacción.

Este artículo resumen del estudio me ha parecido interesante ya que en él se trata de averiguar las consecuencias de la falta de contacto en la salud y en la vida adulta, llegando a la conclusión de que el contacto con el bebé deja una huella molecular de la caricia medible.

Cargar al bebé o no, puede dejar huella en sus genes. (Nosotros preferimos hablar de que «El contacto con el bebé, deja huella»)

“Los investigadores informan que los niños que experimentaron niveles más altos de angustia y menos contacto físico tuvieron una edad epigenética menor que aquellos que fueron cargados y contenidos con mayor frecuencia. La edad epigenética más baja, señalan los investigadores, puede impedir la capacidad del niño para prosperar.

La cantidad de contacto cercano y reconfortante entre los bebés y sus cuidadores puede afectar a los niños a nivel molecular, un efecto detectable cuatro años después, según una nueva investigación de la Universidad de Columbia Británica y el Instituto de Investigación del Hospital Infantil BC.

El estudio mostró que los niños que habían estado más angustiados cuando eran bebés y que habían recibido menos contacto físico tenían un perfil molecular en sus células que estaba subdesarrollado para su edad, lo que indicaba la posibilidad de que estuvieran rezagados biológicamente.

«En los niños, creemos que el envejecimiento epigenético más lento puede indicar una incapacidad para prosperar», dijo Michael Kobor, profesor en el Departamento de Genética Médica de la UBC, que lidera el tema «Comienzos saludables» en el Instituto de Investigación del Hospital Infantil BC.

Aunque las implicaciones para el desarrollo infantil y la salud de los adultos aún no se han entendido, este hallazgo se basa en un trabajo similar en roedores. Este es el primer estudio que muestra en humanos que el simple acto de tocar, temprano en la vida, tiene consecuencias profundamente arraigadas y potenciales de por vida en la expresión genética.

El estudio, publicado el mes pasado en Desarrollo y Psicopatología, involucró a 94 niños sanos en Columbia Británica. Investigadores de UBC y BC Children’s Hospital pidieron a los padres de bebés de 5 semanas de edad que lleven un diario del comportamiento de sus bebés (como dormir, alborotar, llorar o alimentar) y la duración del cuidado que involucró el contacto corporal. Cuando los niños tenían aproximadamente 4 1/2 años, se tomaron muestras de su ADN frotando el interior de sus mejillas.

El equipo examinó una modificación bioquímica llamada metilación del ADN, en la que algunas partes del cromosoma están marcadas con pequeñas moléculas hechas de carbono e hidrógeno. Estas moléculas actúan como «interruptores de atenuación» que ayudan a controlar la actividad de cada gen y, por lo tanto, afectan el funcionamiento de las células.

El grado de metilación, y en qué parte del ADN ocurre específicamente, puede verse influido por las condiciones externas, especialmente en la infancia. Estos patrones epigenéticos también cambian de maneras predecibles a medida que envejecemos.

Los científicos encontraron diferencias de metilación constantes entre niños de alto contacto y bajo contacto en cinco sitios específicos de ADN. Dos de estos sitios caen dentro de los genes: uno juega un papel en el sistema inmune, y el otro participa en el metabolismo. Sin embargo, aún se desconocen los efectos posteriores de estos cambios epigenéticos sobre el desarrollo y la salud del niño.

Los niños que experimentaron mayor angustia y recibieron relativamente poco contacto tuvieron una «edad epigenética» que fue menor de lo que se esperaría, dada su edad real. Tal discrepancia se ha relacionado con la mala salud en varios estudios recientes.

«Planeamos hacer un seguimiento para ver si la ‘inmadurez biológica’ que vimos en estos niños conlleva amplias implicaciones para su salud, especialmente su desarrollo psicológico», dice la autora principal Sarah Moore, becaria postdoctoral. «Si más investigaciones confirman este hallazgo inicial, se subrayará la importancia de proporcionar contacto físico, especialmente para los bebés en dificultades».

Fuente: Brian Kladko – UBC

Publicado originalmente por:  NeuroscienceNews.com., http://neurosciencenews.com/genetics-holding-babies-8033/

Investigación original: Resumen para “Epigenetic correlates of neonatal contact in humans” by Sarah R. Moore, Lisa M. McEwen, Jill Quirt, Alex Morin, Sarah M. Mah, Ronald G. Barr, W. Thomas Boyce, and Michael S. Kobor in Development and Psychopathology. Publicado online Noviembre 22 2017 doi:10.1017/S0954579417001213

Link al estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29162165

Otros artículos de interés:

http://asesoras-continuum.com/bebes-murieron-por-falta-contacto/

http://misaquitomagico.es/beneficios-contacto-piel-piel/

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