Una de las terapias que más se utiliza y que da muy buenos resultados es la equinoterapia. El niño monta a caballo, aunque el fin no es montar a caballo, sino entablar un diálogo con el caballo a nivel neuromuscular, psicológico, cognitivo y social.

Hoy se incluye la equinoterapia dentro de otras tantas alternativas como:
- Fisioterapia, Psicomotricidad
- Ergoterapia, terapia ocupacional
- Ortopedia (cuando es necesaria),
- Logopedia,
- Terapia restrictiva, o bimanual
- Bobath,
- Vjota,
- Osteopatía,…
Algunas de ellas en la actualidad puestas en el ojo de la evidencia científica como Bobaht o Vjota, …
Si eres padre o madre de un niño con discapacidad como yo, que te voy a decir… la lista a veces es larga. Y si eres profesional de la salud sabes que es así.
Muchas de estas terapias que vamos eligiéndo o que se nos proponen, son todo aquello de lo que los padres nos vamos informando a lo largo de la vida de nuestro hijo, y que se nos ofrece como:
Oportunidad para mejorar su experiencia en el espacio, la mente y el mundo.
De manera que buscas y te informas sobre todo aquello que puede mejorar su calidad de vida.
Y Aquí viene mi dilema:
Cuanto más conozco las terapias tempranas para bebés, niños y adolescentes… y con la equinoterapia me pasa de manera más contundente, más incomprensible me parece que no se use o apenas se use, el contacto piel con piel en el sistema sanitario.
Es la lógica biológica humana y no la estamos usando como deberíamos.

Traducción:
Niños y Adolescentes: La equinoterapia les beneficia
«Conocido por mejorar los problemas ligados al autismo, se utiliza cada vez más para tranquilizar a niños y adolescentes.
Susurran a los caballos y no es en el cine. Los caballos nos ayudan a comprender que es lo que ocurrre. Los humanos saben mentir muy bien, pero el caballo no se equivoca.
(sigue…) El calor animal, el balanceo y su movimiento regular, es calmante. Un estudio demuestra así que la tasa de cortisol en la saliva, la hormona del estrés, es más debil después de las sesiones»
Pie de foto: La equinoterapia puede iniciarse a partir de los 3 años.
Ahora vuelve a leer el texto usando la palabra PADRES en lugar de CABALLO o EQUINO.
Este artículo cuenta que se usa sobre todo para niños con problemas comportamentales. Igualmente su uso se propone para niños con desarrollo motor alterado, sindrome de Down, parálisis cerebral...
Es decir, está más admitido y hay más divulgación médica de esta terapia de montar a caballo, que la de favorecer mantener a nuestros hijos en brazos sobre todo cuando son más pequeños, pero también más mayores y sobre todo si tienen enfermedades, o discapacidad.
Los padres podemos estar en contacto o portear desde el primer día,
y no nos paramos a los 3 años. ¡ Podemos seguir !
Probado científicamente y con evidencia científica desde los años 80 fundamentalmente para bebés prematuros, admitido por la OMS en 2004 como especialmente bueno para todos los bebés.

¿y si el calor animal FUESES TÚ?
¿Y si el sistema sanitario hiciera más esfuerzos para favorecer esta práctica?
¿Y si fuese desde el nacimiento ?
¿Qué pasaría?
El ser humano tiene un proceso de exterogestación de 9 meses, aunque en la realidad somos dependientes mucho más tiempo…
En ese período crítico a nivel motor, a nivel emocional, ese lugar de tranquilidad al que el bebé biológicamente está predeterminado es aún más potente que un caballo. El contacto está incluso por encima de los beneficios de la incubadora, como se lleva demostrando desde los años 80.
Es el Modelo de Lugar, el cuerpo de la madre y el padre, el adecuado donde recibe tu calor humano, tus miradas, tu balanceo, un movimiento regular favoreciendo la calma, regulación de temperatura, mejora la respiración y donde también podemos comprobar que se secretan menores cantidades de cortisol en saliva durante largos períodos, o nada. Menor estrés también mejora el conocimiento de los padres hacia los hijos.
Todo eso de lo que hablan que puede hacer un caballo.
Y sin embargo aún tenemos miedo de descubrirlo. A pesar de los múltiples métodos para facilitarlo.
Y la sociedad nos pone trampas como:
- se va a mal-acostumbrar
- te pide mucho porque se lo das todo
Y peor, ¡aún tenemos poco acceso de los padres a las UCIN neonatales! entre otras cosas.
Los protocolos, las arquitecturas no ayudan, pero los profesionales tampoco.
Si el contacto de un caballo es bueno, imagínate si el caballo fueras tú, una madre o un padre.
Portear no es una cuestión de corpulencia, es una cuestión de emplear las buenas técnicas y los buenos instrumentos.
Además, portear no es una necesidad o condición sinequanon, el contacto físico incluso en la tranquilidad ayuda al cuerpo humano a conocer sus límites, su noción de sensación..
Nuestros hijos a veces van a ser dependientes o con falta de movilidad largo tiempo.
El contacto es, en sí mismo, una herramienta poderosa.
¡Aprovéchalo sin miedo!
Y practica Madre-terapia o Padre-terapia.
Igual resulta que también respondemos mejor a las preguntas de los terapeutas que los caballos.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Te ha resultado interesante mi reflexión sobre equinoterapia y el porteo?
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