Los efectos de la experiencia del nacimiento a lo largo de la vida

Los efectos de la experiencia del nacimiento a lo largo de la vida dejan huella. «El bebé debe ser tocado y acariciado inmediatamente después del nacimiento. Él debe tener el calor de la madre casi continuamente durante este tiempo, de lo contrario todo el contacto físico del mundo no será suficiente.»– Dr. Arthur Janov, Imprints: The Lifelong Effects of the Birth Experience

Durante las décadas pasadas el énfasis en el campo de la crianza de los niños había estado en gran medida en los factores que influyen en la salud física de la madre y el niño.

Por lo tanto le damos la bienvenida al surgimiento del ‘movimiento nacimiento en casa’, ‘al nacimiento centrado en la familia’, ‘al cuidado materno canguro’ y a los ‘hospitales amigos con los niños’ que aunque mantienen el énfasis en la seguridad y los altos niveles médicos, también consideran igualmente importante el énfasis en los factores que influyen en la salud emocional y el bienestar de la madre y el niño.

Nacer pronto efectos
Nacer demasiado pronto y muy pequeños. Los bebés de Edith Fuente: Flirk

La importancia de la relación entre la madre y su hijo recién nacido no está nunca exagerada, pues es precisamente de esta relación de la que surgen todas las otras relaciones.

La investigación de los últimos 45 años ha mostrado que el contacto entre la madre y su hijo recién nacido durante las primeras horas después del nacimiento puede establecer patrones que duran toda la vida y que son extremadamente difíciles de cambiar más adelante.

Esto levanta serios cuestionamientos acerca de los procedimientos de rutina de muchos hospitales de maternidad en donde la separación del la madre y el recién nacido después del nacimiento son con frecuencia la práctica común. La meta de este artículo es el considerar los efectos de los procedimientos de rutina en la relación madre/hijo en particular.

Durante las últimas décadas la práctica común ha sido el llevarse al bebé inmediatamente después del nacimiento mientras la madre es llevada a la sala de recuperación para que descanse. En algunos hospitales más progresistas se le permitía a la madre amamantar a su bebé brevemente en la sala de parto antes de iniciar otros protocolos.

Actualmente incluso esa situación a causa de la pandemia Covid-19 está en retroceso.

Sin embargo aún es separado e incluso el bebé es sacado muy pronto para ser llevado al «nido» de cunas en donde se le deja solo en una cuna, en donde tiene que esperar aislado.

Además durante el primer día a veces se mantiene al bebé lejos de la madre para ser observado, pesado y medido cuando, todo eso puede esperar. En algunos hospitales las madres que fueron sedadas para el nacimiento no llegan ver a sus bebe en absoluto hasta después de doce horas de nacido.

Klaus y Kennell hicieron una investigación muy extensa acerca del fenómeno del lazo materno-infantil, (Klaus & Kernnell, 1976). Los resultados actuales siguen sugiriendo que la interacción de la madre con su bebé durante las primeras horas de vida afecta críticamente su actitud hacia el bebé al menos por los siguientes cinco años de vida. #losprimeros1000días #losprimerosmildias

Cada vez sabemos con más exactitud cuánto dura el período ‘sensitivo’, pero se cree que pierde efectividad entre las tres y las cuatro horas después del nacimiento, (Spezzano & Waterman, 1977). #losprimerosmilminutos #losprimeros1000minutos

Si no ha habido contacto entre la madre y el neonato durante este período, no se establece un lazo adecuado. Los mecánismos biológicos y emocionales del contacto estarán perturbados.

Si la madre y el bebé tienen un contacto casi ininterrumpido en este período, se crea un fuerte lazo biológico materno-infantil y los sentimientos que generan en la madre continúan después de que el período ‘sensitivo’ ha terminado. El bebé y la madre estarán en su hábitat perfecto.

Después de un nacimiento libre de medicamentos tanto la madre como el bebé están en un estado de alerta y receptividad durante las primeras horas y el contacto físico así como ocular son vitalmente importantes. La madre pasa mucho tiempo cargando al bebé en una posición cara a cara y le habla con un tono especial de voz.

El bebé mira a la madre siguiendo los movimientos de sus ojos y esto genera una respuesta de ella. El sonido y el olor también son elementos muy importantes para los lazos afectivos.

Una madre que ha establecido un lazo con su bebé y escuchado su llanto una vez, con frecuencia puede reconocerlo entre un grupo de bebés tan solo por la voz de su bebé. Cuando se le ofrece el pecho al bebé por primera vez también lamerá y olerá el pezón antes de mamar. Más tarde reconocerá a la madre por el olor.

Si se ha establecido un lazo temprano el bebé llorará si está en brazos extraños y se calmará tan pronto se le regrese a su madre. Para la madre el tener al bebé en sus brazos significa que el clímax del nacimiento es seguido por un tiempo de tranquila cercanía en la que ella puede llegar a conocer a su bebé.

Esto ha sido descrito por las que lo han experimentado como una profunda plenitud que deja en la madre fuertes sentimientos de cercanía con el bebé así como también sentimientos positivos acerca de ella misma como madre. Ella también tiene sentimientos muy fuertes de que el bebé es realmente suyo.

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