Esto es una traducción del artículo siguiente: Salud de Le Figaro – Mieux vaut manger que jeuner / Mejor comer durante el trabajo de parto que ayunar
Muy a menudo leo este tipo de artículos en otros idiomas. Fundamentalmente inglés y francés, y no encuentro luego forzosamente esas traducciones. Como llevo haciendo durante los últimos 8 años, muchas veces los traduzco en foros o en facebook simplemente. Pero luego no los encuentro. Así que una manera de no perderlos es publicarlos aquí. Espero que te sea útil. Mi francés es bastante bueno, pero me puedo equivocar. Por eso, si encuentras un error te agradeceré un mensajito.
Muchas unidades de maternidad todavía prohíben a las mujeres comer y beber durante el trabajo de parto. Pero este hábito sería inútil o incluso perjudicial. «Puedes comer un poco, pero con discreción. Y si una partera te sorprende, no le digas que fui yo quien te autorizó». Así ríe un obstetra en la sala de partos, frente a una parturienta hambrienta y obligada a ayunar desde que pone los pies en la maternidad varias horas antes.
No siempre es fácil respetar la prohibición de comer y beber durante el parto. Sigue siendo un hábito arraigado en la maternidad. Sin embargo, el ayuno no tiene ningún interés, de acuerdo con una revisión de la literatura presentada en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Anestesiología. Una comida ligera sería incluso generalmente preferible.
Originalmente esta prohibición se fundamentaba en el miedo a la regurgitación. «En caso de anestesia general, especialmente en las mujeres embarazadas en quienes se vacía con más dificultad el estómago, parte del bolo puede, en teoría, ir a la tráquea y causar una enfermedad respiratoria severa«. Lo explica el profesor Philippe Deruelle, obstetra en el Hospital Universitario de Lille y secretario general del Colegio Nacional de Ginecólogos y Obstetras Francia. Pero el síndrome de Mendelson (inflamación pulmonar relacionada con fluido gástrico que entra en los pulmones) es «extremadamente raro, dice el profesor Deruelle. No es muy lógico imponérselo a una mujer, y ninguna recomendación de buenas prácticas aboga por ello en obstetricia.»
Comer durante el trabajo del parto consume tanta energía como hacer una maratón
Sobre todo porque este tipo de accidente puede suceder solamente durante una anestesia general. O»en una parte ínfima de los partos«, señala Philippe Deruelle. Porque incluso si una cesárea debe decidirse en caso de emergencia, ahora se realizan en la gran mayoría de casos bajo anestesia epidural o espinal. De hecho, Christopher y Erin Harty Brote, estudiantes de medicina de la Universidad Memorial (Canadá), no han encontrado ningún rastro de ello. Sólo un caso de neumonía por aspiración asociado con el parto que se produjo en los EE.UU. entre 2005 y 2013. Involucró a una mujer obesa que habían sufrido de preeclampsia (hipertensión) durante el embarazo. En cuanto a las mujeres británicas en trabajo de parto, no hay muertes por este tipo de accidentes en la experiencia reciente entre 2000 y 2005.
Lejos de ser útil, el ayuno durante el parto podría incluso ser arriesgado. Así lo afirman los dos estudiantes después de analizar 385 estudios publicados desde 1990.
Dar a luz requiere tanta energía como correr una maratón. El metabolismo de las parturientas obligadas al ayuno tiene más riesgo de extraer de forma rápida la energía de las grasas.
Ello conllevaría el aumento de la acidez de la sangre de la madre y del niño. Esto puede causar una disminución de las contracciones uterinas, un trabajo de parto más largo, y el nacimiento de un bebé menos en forma.
En cuanto al estrés emocional debido al hambre, aumentaría el riesgo de hemorragia uterina y placentaria, ralentizando el trabajo de parto y estresando al bebé a punto de nacer.
«La idea de que las mujeres pueden comer una comida ligera, especialmente beber durante el trabajo de parto, aún no está generalizada lo suficiente en las salas de maternidad, aunque se va abriendo paso«, señala Philippe Deruelle. «Como siempre, es difícil cambiar hábitos arraigados.» Los autores del estudio señalan, sin embargo, que las comidas ligeras deben reservarse para las mujeres sanas cuyo embarazo no plantea ningún factor de riesgo : eclampsia y la preeclampsia, obesidad y el uso de opioides para el dolor siguen siendo contra-indicados.
Traducción: Mercedes GRANDA